2 DE ABRIL DIA DE LA LIBERACION
Por Theo Belok.
Donald Trump ha denominado el día 2 de abril como el "Día de la Liberación" y la "Independencia económica", esto se debe al inicio oficial de su política de aranceles recíprocos. Según sus declaraciones, esta medida busca corregir lo que él considera "décadas de explotación económica por parte de otros países" y la esclavitud al IRS (La agencia que cobra impuestos a los ingresos a cada ciudadano).
Momentos antes de la rúbrica dijo: "Voy a firmar una orden ejecutiva histórica estableciendo aranceles recíprocos a países de todo el mundo. Recíprocos, es decir, les vamos a cobrar lo mismo que nos cobran a nosotros. Este es uno de los días más importantes, en mi opinión, en la historia de los Estados Unidos. Es nuestra declaración de independencia económica" agregó: "este es el Día de la Liberación, el 2 de abril de 2025 será recordado para siempre como el día que la industria renació, se recuperó el destino de EEUU y el día que comenzamos a devolverle la prosperidad a EEUU", "Los trabajos en el sector manufacturero van a regresar a nuestro país, vamos a reactivar la base industrial de nuestro país. Esta va ser la era de oro para los Estados Unidos, vamos a salir fortalecidos"
Trump dijo: “Es uno de los días más importante en la historia, es la declaración de nuestra independencia económica"
El día que Trump escogió es muy significativo aquí en Argentina, ya que el 2 de abril se conmemora el "Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas", aquel episodio donde un país del Sur Global en vías de desarrollo se atrevió a enfrentar con gran valor a una potencia mundial como el Reino Unido. En ese día de 1982, tropas argentinas desembarcaron en las islas con el objeto de recuperar la soberanía de los territorios argentinos del Atlántico Sur, ocupados y colonizados coactivamente por el imperio de los piratas. Como sea, para los argentinos, el 2 de abril también puede ser conmemorado como un "Día de la Liberación".
¿Pero a qué liberación se refiere Donald Trump? Él argumenta que los aranceles recíprocos permitirán a Estados Unidos recuperar "dinero y respeto" en el comercio internacional, nivelando las condiciones comerciales. Durante su primer mandato reclamaba "comercio justo", ahora su narrativa va por el lado del "comercio recíproco".
Donald Trump firmó orden ejecutiva en la Casa Blanca para que se pongan en marcha, de manera inmediata, las siguientes tarifas:
*Aranceles del 10% a todos los productos que se importen a Estados Unidos.
*Porcentajes específicos hacia otros países con los que se aplicará reciprocidad (ver más abajo).
*Arancel del 25% a automóviles producidos fuera de Estados Unidos.
La prensa globalista no tardó en comenzar a criticarlo duramente; sin embargo, el presidente republicano presentó su política comercial como un paso necesario hacia la "liberación económica" del país. Un paso importante que, según él, sentará las bases de los siglos que vendrán. Un objetivo que ha venido predicando desde hace muchos años y que aún es sumamente incomprendido.
Su política comercial está íntimamente relacionada con su victoria electoral y su lucha contra el globalismo económico (una de las tres ramas principales del globalismo que señalo en el tomo dos de mi libro "Trump contra el Globalismo. El Retorno").
Donald Trump dijo antes de comenzar su segunda presidencia: "La palabra 'aranceles’ es la más hermosa del diccionario” (1), enfatizando su marcado gusto por la política comercial de tipo proteccionista, en cuyo esquema los aranceles cobran un rol central.
PERO ANTES QUE NADA ¿QUÉ ES UN ARANCEL?
Pero en general, los aranceles son un instrumento multifuncional que trasciende lo económico.
*Los aranceles son una herramienta de recaudación fiscal para financiar el gasto público.
*Los aranceles son una herramienta de presión diplomática y negociación.
*Los aranceles son una herramienta de equilibrio comercial, para mejorar el balance comercial.
¿SIRVIERON LOS ARANCELES EN SU PRIMER MANDATO?
Se puede decir que sí funcionaron, ahora analicemos por qué: Según la Tax Foundation y reportes oficiales del gobierno de Estados Unidos, el país recaudó nada más y nada menos que unos 80 mil millones de dólares anuales por los aranceles durante la primera presidencia de Trump.
Fueron muchas las voces que vaticinaban una fuerte inflación debido a su agresiva política arancelaria. Incluso 16 premios Nobel de Economía firmaron una carta advirtiendo esto, pero todos fallaron en sus predicciones. La inflación se mantuvo relativamente baja y estable, con un promedio anual de alrededor de solo un 2%. Es decir, los consumidores estadounidenses no salieron perjudicados por el aumento en los aranceles.
Según el Instituto de Política Económica, los aranceles implementados por el presidente Trump durante su primer mandato “claramente no mostraron correlación con la inflación” y solo tuvieron un efecto temporal en los niveles generales de precios.
Trump dejó la Casa Blanca en el 2021 habiendo aumentado el PBI de Estados Unidos en 7.5% sin contar el año de la pandemia (1) y habiendo duplicado los aranceles promedio a un total de 3.1% según el Peterson Institute for International Economics (PIIE).
En esta segunda presidencia, de acuerdo con diversas estimaciones, el incremento de los aranceles podría generar mucho más de 100 mil millones de dólares en ingresos anuales para Estados Unidos.
El presidente norteamericano no se limita a buscar una fuente de recaudación fiscal. Su objetivo es abordar de una manera práctica lo que considera problemas de seguridad nacional relacionados con el ingreso al país de drogas como el fentanilo y la creciente inmigración ilegal.
Trump utiliza los aranceles como una carta de presión en una mesa de negociaciones contra gobiernos que considera que no colaboran con sus políticas migratorias o su lucha contra las drogas.
Trump está convencido de que puede fortalecer la economía estadounidense al disminuir la dependencia de las importaciones de productos de industrias estratégicas y cadenas de suministro. Durante la pandemia las vulnerabilidades y dependencia a cadenas de suministro en el extranjero quedaron expuestas y consideradas un problema de seguridad nacional.
De este modo, quiere reconstruir las bases de lo que fue Estados Unidos hace varias décadas: una potencia mundial manufacturera, libre e independiente.
¿PUEDEN FUNCIONAR LOS ARANCELES HOY EN DÍA?
Un comunicado oficial de la Casa Blanca cito un análisis económico de 2024, donde concluye que un arancel global del 10% haría crecer la economía en 728 mil millones de dólares, crearía 2,8 millones de empleos y aumentaría los ingresos reales de los hogares en un 5,7%.
¿PARA QUE SE USARÁ EL DINERO RECAUDADO?
Desde la Casa Blanca, Donald Trump aclaró al respecto: "Usaré el dinero generado para reducir nuestros impuestos y pagar nuestra deuda nacional”.
La lógica es contundente, el arancel es un gravamen a la producción extranjera, que protege la producción nacional. Con los ingresos obtenidos es posible bajar los impuestos a los ciudadanos y empresas nacionales. Al mismo tiempo Estados Unidos podrá abordar de manera concreta una solución para el problema de la Deuda nacional.
LO QUE LA HISTORIA DE ESTADOS UNIDOS DEMUESTRA
Frecuentemente es común considerar a EE.UU. como el rey del libre comercio. De allí que muchos liberales vean a este país como modelo. Lo que no sospechan es que la realidad no es del todo como la imaginan. Si consideramos el libre comercio como la destrucción de toda barrera arancelaria al comercio internacional, la historia de los Estados Unidos demuestra un escenario de implementación sistemática de un fuerte proteccionismo desde su emancipación, hasta mediados del siglo XX cuando se firman los acuerdos del GATT y EE.UU. comienza a liberalizar el comercio. El proteccionismo es el patrón común en 150 años de historia estadounidense, coincidiendo con un período de fuerte industrialización y prosperidad inigualable.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, un Estados Unidos ya industrializado y proteccionista, comienza a implementar progresivamente el libre comercio y la reducción de aranceles promedio hasta llegar al punto más bajo, a 1.5%, con Obama como el presidente, curiosamente el más librecambista en cuanto a comercio internacional.
Obama siguió la linea de los Clinton, cabilderos del establishment globalista que a través de acuerdos comerciales manipulados inflaron a China, acelerando la deslocalización del capital y el trabajo americano. Unas 60 mil industrias se mudaron al Asia buscando mano de obra barata cuasi esclava y el beneficio exclusivo de los accionistas, dejando tras de si miseria y dolor en el Rust Belt, el llamado cinturón del óxido.
La ola de desempleo generado por todas estas políticas, crearon un clima de indignación generalizado que catapultaron la figura de Donald Trump, el candidato que hablaba a los trabajadores y cautivaba a empresarios.
![]() |
Aranceles y proteccionismo en Estados Unidos |
Pero veamos brevemente como fue la historia del proteccionismo en los Estados Unidos.
La Ley Arancelaria de 1789 fue la segunda ley firmada por el presidente George Washington, estableciendo un impuesto del 5% sobre todas las importaciones. Aquella ley redefinió el comercio, constituyendo uno de los primeros sistemas arancelarios modernos.
Durante casi 150 años, los aranceles representarían alrededor del 90% de los ingresos del gobierno federal. Hasta ese punto, fueron eficaces, aunque muchos se nieguen a la evidencia.
Alexander Hamilton, el primer Secretario del Tesoro estadounidense, en su Informe sobre las Manufacturas de 1791, defendió la protección de las "industrias nacientes" frente a la competencia extranjera, siendo uno de los padres teóricos del proteccionismo junto al destacado economista alemán Friedrich List, quien al emigrar a los Estados Unidos abandonó el liberalismo británico y abrazó el Sistema Americano.
En 1812 estalló nuevamente la guerra con Gran Bretaña. La Marina Real estableció un bloqueo que obligó a Estados Unidos a desarrollar sus propias manufacturas y a aumentar sus aranceles. Para 1816, la mayoría de los productos tenían un arancel promedio del 25%.
En 1824, el presidente de la Cámara de Representantes, Henry Clay, ofreció un célebre discurso en el que abogaba por la implementación de aranceles altos. Esta propuesta formaba parte de su "Sistema Americano", cuyo objetivo era fomentar un mercado interno autosuficiente como base económica de Estados Unidos, en lugar de depender de las exportaciones. En 1828 los aranceles promedio se elevaron al 60%.
A mediados del siglo XIX, las tensiones dentro de EE.UU. habían escalado a niveles críticos, fue el momento de la guerra civil estadounidense, los estados agrícolas y esclavistas del sur partidarios del libre comercio, se enfrentaron a los estados industrialistas y proteccionistas del norte.
El Sur proclamó la secesión de la Unión entre 1860-61, lo que dio inicio a la guerra civil. En ese contexto, el Norte aprovechó la oportunidad para aumentar el arancel a más del 50%.
Los industriales del Norte querían protección, sobre todo frente a los productos británicos, el sur defendía las ideas de Adam Smith abrazando la sugerencia del padre del liberalismo de que EE.UU. debía especializarse como Polonia en la agricultura, dejando a Reino Unido el rol de fábrica del mundo de aquel entonces.
Finalmente el Norte proteccionista ganó la guerra. El presidente de aquel entonces, Abraham Lincoln tenía una postura proteccionista respecto a los aranceles, convencido de que eran fundamentales para proteger las industrias emergentes de Estados Unidos de la competencia extranjera. Durante su presidencia, se llevaron a cabo políticas arancelarias destinadas a promover la producción nacional y a generar ingresos para el gobierno federal. También estableció reformas financieras significativas, quitándole el poder a los bancos privados de emitir dinero papel, impulsó la Ley de Bancos Nacionales de 1863, que estableció un sistema bancario nacional y creó una moneda uniforme para todo el país, comenzando a usar el característico color verde de los dólares.
En 1862, el Congreso aprobó la Ley de Licitación Legal, que permitió al gobierno emitir papel moneda, estos billetes, llamados "Greenbacks", facilitaron la financiación del esfuerzo bélico sin depender de préstamos e impuestos. Con todo ello evitó la "trampa de la deuda" y la servidumbre de los intereses que pone al país a los pies de los banqueros globalistas. Curiosamente Lincoln fue asesinado.
Ya en el siglo XX, cuando sobrevino la Gran Depresión, el Congreso impuso uno de los aranceles más notorios de todos. La Ley Smoot-Hawley de 1930 aumentó los ya elevados impuestos a la importación hasta una media del 60%. Esta última medida demasiado agresiva fue resistida, la resultante fue la nueva Ley de Acuerdos Comerciales Recíprocos (RTAA) de 1934, un momento pionero en la política comercial estadounidense. Una clara inspiración a las medidas implementadas por Trump en la actualidad para volver hacer grande a los Estados Unidos.
DEMOLIENDO EL SISTEMA FINANCIERISTA
Donald Trump parece decidido a realizar una peligrosa demolición controlada del sistema financierista. Paralelamente, está forjando las bases para la reconstrucción de un sistema basado en la producción de riqueza real.
Recientemente, en un comunicado desde la Casa Blanca, hizo un reconocimiento formal a Andrew Jackson, un expresidente estadounidense populista y gran enemigo de los bancos, en especial del Banco Central. También citó a Alexander Hamilton, y al "presidente McKinley, quien hizo muy rico a nuestro país mediante aranceles y talento. Era un hombre de negocios nato".
Trump está sentando las bases para recrear un modelo de capitalismo desarrollista, productivo e industrialista, un modelo que quedó sepultado por el fenómeno de la deslocalización industrial hacia países asiáticos. Este fenómeno es un efecto directo del globalismo económico, duramente criticado por todo el movimiento MAGA.
Para lograr reindustrializar Estados Unidos, necesita de los aranceles y el proteccionismo, pero se enfrenta a una situación compleja: un escenario con un dólar artificialmente alto y un déficit comercial récord.
Estados Unidos debe hacer una calibración estratégica muy sutil entre su política arancelaria y su política monetaria, para evitar una escalada disruptiva que derive en escenarios de volatilidad extrema. Es por esta razón que lo vemos poner plazos para la entrada en vigor de los aranceles y condiciones, para más tarde retractarse si los países presionados muestran señales de cooperación. Es una forma de negociación que siempre ha utilizado en el mundo de los negocios, lo describo en detalle en mi libro "Trump contra el globalismo" Tomo I.
Desmontar el desequilibrio en la balanza comercial va a demandar un ajuste en la política monetaria. Donald Trump se enfrenta a una dura resistencia proveniente de economías dependientes del statu quo del dólar alto, como China. También enfrenta la resistencia de la oligarquía financiera internacional que ve peligrar su fuente de recursos ilimitados: el Banco Central estadounidense, que es la Reserva Federal. Elon Musk, en noviembre de 2024, respaldó públicamente una propuesta del senador Mike Lee para eliminar la Reserva Federal (2), ya no se trata de solo auditarla como se propuso en un comienzo, el círculo de Trump y él mismo defienden esta idea, es conocida la postura de Steve Bannon o Ron Paul.
La ultraglobalista Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, dijo: "Los aranceles que anunciará hoy Donald Trump tendrán un “impacto negativo” en todo el mundo" demostrando que la elite financiera detesta a Trump y sus medidas comerciales. Tienen miedo.
La implementación de medidas para revertir todos los desequilibrios enfrenta riesgos sistémicos muy elevados; hay poco margen para el error.
REVERTIR EL DÉFICIT DE LA BALANZA COMERCIAL
Hagamos un poco de memoria. Una serie de acontecimientos ocasionaron la transición de una balanza comercial superavitaria a una deficitaria. El fin del sistema de Bretton Woods el 15 de agosto de 1971, cuando Richard Nixon anunció la suspensión de la convertibilidad dólar-oro. La creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC) el 1º de enero de 1995. Y la entrada de China a la OMC el 11 de diciembre de 2001, con un estatus privilegiado de economía en desarrollo.
Trump recibió en 2016 un país prácticamente sin aranceles y con un fuerte déficit comercial; esto quiere decir que Estados Unidos importaba muchos más productos de los que exportaba. Al mismo tiempo, los países que recibían productos estadounidenses les cobraban aranceles elevados. Todo esto en contramano de ideas mercantilistas, pero en consonancia con el sistema monetario mundial y su privilegio exorbitante como país con una moneda de reserva mundial, establecido desde el Tratado de Bretton Woods.
El presidente afroamericano Barack Obama, como vimos anteriormente, derribó todas las fronteras económicas, dejando los aranceles promedio en solo 1.5%, el nivel más bajo desde la independencia estadounidense en 1776. Obama respondía a los intereses de la oligarquía globalista librecambista, al igual que otros demócratas como los Clinton, quienes impulsaron tratados de libre comercio que Trump dio de baja apenas llegó al poder por considerarlos perjudiciales para la industria y los trabajadores norteamericanos.
Luego del desastroso gobierno de Biden, Donald Trump recibe por segunda vez una economía con un déficit comercial aún mayor. En enero de 2025, el déficit mensual alcanzó un récord de 131.4 mil millones de dólares, impulsado por un aumento en las importaciones. En contraste, el déficit comercial total de 2016 fue de aproximadamente 503.27 mil millones de dólares para todo el año.
![]() |
Déficit comercial EE.UU. |
La administración Trump, dispone de instrumentos para intentar corregir los desequilibrios estructurales.
* Sobrevaloración del dólar.
* Sobrevaloración bursátil.
* Déficit comercial récord.
* Una deuda pública récord.
* Inflación heredada por Biden.
* Dependencia industrial con China.
Uno de los indicadores que observa la nueva administración es el porcentaje de manufacturas estadounidenses respecto a la producción mundial, estableciendo como objetivo recuperar la dominancia. En la declaración de la emergencia comercial nacional, la Casa Blanca dijo:
"Según datos de las Naciones Unidas para 2023, la producción manufacturera estadounidense como porcentaje de la producción manufacturera mundial fue del 17,4 %, inferior al máximo del 28,4 % alcanzado en 2001".
Los desafíos para alcanzar una "liberación" son demasiados, pero, en buena hora, un conjunto de patriotas ha comenzado esta cruzada.
![]() |
Trump mostrando como quedarían los aranceles. |
ARANCELES RECÍPROCOS
El riesgo de "represalia arancelaria" es menor del que se cree, pues son los otros países quienes cobran aranceles más elevados a EE.UU., y Trump solo intenta que estos sean recíprocos. (ver cuadro debajo). Tras el anuncio del día de la liberación y la guerra de aranceles de Trump (7)(8)(9)(10), así quedarán al final:
La prensa hegemónica ha realizado la campaña propagandística más poderosa jamás antes vista para deslegitimar la política arancelaria y proteccionista del presidente norteamericano. La elite globalista está aterrada al ver cómo los cimientos de un sistema instaurado durante décadas vienen siendo desmantelados por un valiente patriota que hará historia. En momentos donde todos dan la espalda a sus medidas, en soledad las celebro.
Para la próxima entrega, estoy preparando un documental sobre la Guerra Comercial como nadie la ha explicado antes. Sígueme para no perderte los trabajos exclusivos.
Por Theo Belok, padre de la Teoría Soberanista; escritor y analista, autor de "Trump contra el Globalismo" y "Globalismo: ¿Qué es y cómo derrotarlo?. Sigue sus análisis en su sitio oficial (teoriasoberanista.com).
Comentarios
Publicar un comentario