EL ORIGEN DEL GLOBALISMO - ENSAYO
Por Theo Belok 22/11/22
INTRODUCCIÓN
Aunque se tienda a considerar al
globalismo como un fenómeno absolutamente nuevo, surgido luego de
la Segunda Guerra Mundial (cuando se formaron los organismos multilaterales
como la ONU, OMS, OMC, FMI, UNESCO), el origen germinal del globalismo es más
arcaico y retrógrado de lo que pueda uno imaginarse. Descubrir cuáles son
las fuerzas históricas subterráneas que lo han motorizado, permitirá vislumbrar
su naturaleza esencialmente destructiva. Poder conceptualizar adecuadamente
esta problemática, es a día de hoy indispensable para poder generar soluciones
que neutralicen y reviertan sus efectos adversos. El globalismo nace de una fuerza retrógrada y primitiva: la sociedad
nómada. En contraposición, el
patriotismo nace de un salto social evolutivo: la sociedad sedentaria; que
condujo al desarrollo y la formación de la civilización industrial-tecnológica
en la que vivimos. El siguiente análisis servirá al emergente movimiento
contestatario de la nueva derecha soberanista como una espada para la batalla
cultural y retórico-argumentativa.
DEL NOMADISMO AL SEDENTARISMO, DE LA BARBARIE A LA
CIVILIZACION.
El origen subterráneo del globalismo se
remonta a un período pre-civilizatorio, de cuando regía en el mundo la ley de
la selva. Hace miles de años los humanos eran nómadas. Algunas tribus vivían en
la selva, otras en las estepas, desiertos y montañas. Se dedicaban a la caza,
la pesca, la recolección y el saqueo a otros humanos. La violencia y la lucha
por la supervivencia hizo que algunos se agruparan. Los nómadas vivían en un
estado de guerra y hostilidad permanente. Las agresiones provenían de la
naturaleza y de otros nómadas. La principal preocupación era sobrevivir,
descubrir un refugio, encontrar que comer y como obtener los recursos básicos
de subsistencia. No había espacio para nada más. La violencia, el miedo y la
precariedad eran la norma.
Una monótona meseta histórica de
cientos de miles de años -donde nada nuevo ocurría-, fue sacudida por dos acontecimientos trascendentales que
cambiaron de manera evidente y radical la vida social de la humanidad: la revolución
neolítica con el desarrollo de la agricultura; y la revolución
industrial (Siglo XVIII-Inglaterra) con el desarrollo de los motores
incorporados en el transporte y la producción a gran escala.
Con la revolución neolítica surge y se
consolida una sociedad basada en la agricultura y la ganadería, fue recién
entonces que la mayoría de los pueblos del mundo evolucionaron hacia al sedentarismo,
dejando atrás el nomadismo. Con este salto, el hombre lograba -en gran medida-
reproducir y controlar la fuente de alimento que consumía, impulsando un estilo
de vida más autosustentable. Este fue el primer intento del hombre de dejar la
depredación contra la naturaleza y otros humanos. Sin embargo, no todos se
hicieron sedentarios al mismo tiempo.
Este retraso en algunos grupos rezagados, provocó tensiones y choques
con los que sí habían logrado desarrollarse. Veremos a continuación como aquel primer antagonismo ancestral entre
nómadas/sedentarios, forjó costumbres, tradiciones, creencias,
instituciones, y estilos de vida opuestos, que terminaron proyectándose hasta
el presente bajo las nuevas formas de globalismo/patriotismo. Un fenómeno
que llegó a exteriorizarse explícitamente durante la presidencia del estadounidense
Donald J. Trump (2017-2021). En mi libro “Trump
contra el globalismo”, me adentro en esta temática particular.
En el desenvolvimiento de este
antagonismo profundo, está en juego nada más y nada menos que un estilo de
vida, un conjunto de valores y un orden social. Analicemos entonces las
entrañas de esta encrucijada, ya que no
podemos darnos el lujo de ser indiferentes ante esta problemática, pues nos
afecta ineludiblemente en todo lo que nos rodea, así como a futuras
generaciones.
La elite globalista está erosionando
día y noche los pilares de los Estados nacionales soberanos. Su accionar ha
sido cada década más evidente. Los patriotas, los amantes de la libertad y la
comunidad de naciones soberanas de Occidente, -es decir los soberanistas-
observamos un ataque permanente a nuestros principios, valores, costumbres y
tradiciones. Los fundamentos sobre los cuales se edificó nuestra Civilización
están siendo dinamitados por fuerzas hostiles con intereses especiales. Un
establishment global desarraigado está atacando todo aquello que más amamos, lo
que somos y lo que tenemos. Vienen por todo. Vienen por ti, y por tus hijos.
Defendemos el principio de no agresión,
y éste se basa en una paz armada y vigilante, no una paz sumisa. Por eso los
patriotas se defienden como aquella serpiente enroscada de la bandera amarilla,
que con un cascabel en su cola advierte al agresor de su presencia para evitar
conflictos, pero no teme morder y liquidar al atacante si éste la pisa. Nuestra
supervivencia está siendo amenazada. O nos unimos para defendernos, o
pereceremos en esclavitud global.
Pero para luchar hay que conocer la
fuente de la agresión, su origen y sus móviles. Solo comprendiendo la esencia
de una problemática es posible poder enfrentarla y resolverla. Ahora sin más
preámbulo, vamos a los hechos.
Los nómadas se caracterizaban por vivir en un
perpetuo estado de barbarie «sin
fronteras», migrando de un lugar hacia otro, errantes, desarraigados, sin
asentarse en un suelo propio, sin patria, cultivos, propiedad, sin ciudad, sin
Estado, sin derecho, sin ley y sin libertad. Las necesidades básicas y la
absoluta dependencia a las
inclemencias del entorno regían sus vidas. La fuerza de la violencia y las
pasiones anárquicas fueron el primer y único lenguaje humano por mucho tiempo.
No había espacio para racionalizar un ordenamiento social mejor.
Los nómadas eran depredadores, es decir, se dedicaban a la caza, a la pesca y a la recolección de
frutos silvestres, vivían en cuevas y se agrupaban en clanes -usualmente
endogámicos-.
Los pueblos nómadas expresaron un estilo de vida que con el tiempo devino en la tradición
nómada. Por nombrar solo algunos encontramos a los beduinos, mongoles,
tribus como los pigmeos baka, antiguos hebreos, tribus mesopotámicas, gitanos,
antiguos germanos, vikingos y collas.
Los nómadas al entrar en contacto con
los primeros sedentarios, advirtieron que era mucho más fácil obtener recursos depredando a otros humanos que
depredando la naturaleza. El impulso
primitivo de desarraigo y migración constante en busca de recursos o
fuentes de alimentos, recursos o riquezas, reforzó la sed del saqueo, la depredación,
el asalto o robo de las posesiones de otros, el botín, las invasiones,
secuestros, esclavización, las matanzas genocidas y la brutalidad despótica. ¿Les
suena a piratas, socialistas, delincuentes, banqueros y dictadores enemigos de
la libertad? Ya verá el lector cómo es posible unir puntos cuando se ve la
cuestión de fondo. El antiguo pueblo mongol con el tirano Gengis Kan a la
cabeza, fue un claro ejemplo histórico de éstas prácticas específicas, donde el nomadismo tribal fue el que impulsó uno
de los imperios más extensos y sanguinarios de la historia. La violencia
nómada iba especialmente dirigida hacia otros pueblos, usualmente más avanzados
y sedentarios, a quienes veían como presas fáciles para ir deglutiendo y
explotando en su camino.
Si bien algunos pueblos sedentarios
también tuvieron excepcionalmente estas inclinaciones agresivas, en rigor de
verdad fueron los grupos humanos de tradición nómada las que
caracterizaron mayoritariamente estas conductas
como un estilo de vida. Esto se
evidenció en aquellas tribus naturalmente poco inclinadas al trabajo y el
sacrificio que conlleva el desarrollo de una civilización elevada.
La existencia del nómada, que antes
dependía de los duros caprichos de la naturaleza y la precariedad, encontró el
camino de la vida fácil en el pillaje, atando sus prácticas a la agresión, la
explotación y el saqueo de otros grupos humanos autosuficientes y laboriosos.
No pudiendo crear un auto sustento en base a su esfuerzo, nada bueno en la
cultura o la tecnología para ser admirados y respetados, se abocaron principalmente a la conquista (violenta o pacifica), al
parasitismo y el saqueo de los pueblos sedentarios. Así surge la apropiación asimétrica. Con sus acciones
violaban así el principio de no agresión, y el de no intervención en el
autogobierno y autodesarrollo de los demás pueblos. Los nómadas fueron los
primeros intervencionistas, y no
solo sobre otros grupos, sino también sobre los individuos.
La
dependencia de fuentes de alimentos y recursos de otros -como modo de vida-, es la base del conflicto y la explotación del
hombre por el hombre.
Por el contrario, la autosuficiencia sedentaria en alimentos y
recursos -como modo de vida-, es la
base para establecer la paz social entre grandes grupos humanos, para ello
hay que tener tierra, asentarse en ella, trabajarla y asegurar las mismas.
Fueron los pueblos orientales quienes
formaron los principales imperios nómadas, como Xiongnu, Kushan, Xianbei, Huno,
Rouran,Kok-Turks, y el mongol. La famosa muralla china fue erigida para evitar
la invasión de hordas nómadas. Muchos de ellos tomaban como capitales las
ciudades de pueblos sedentarios conquistados, explotaban sus recursos
comerciales, sometían a los nativos y seguían su saqueo a las próximas
ciudades. Entre nómadas y sedentarios siempre hubo una evidente relación de
agresores y agredidos, de explotadores y explotados.
Es claramente posible trazar una línea
entre nomadismo-actitud agresiva-expansionista (depredación de
recursos generados por otros o la naturaleza) y sedentarismo-actitud
defensiva-aislacionista (producción autosustentable y protección de
recursos autogenerados). Son estilos de
vida opuestos que generaron cosmovisiones, valores, tradiciones, relaciones
humanas, formas de vida, producción e instituciones radicalmente diferentes.
Esto se daba también por haber sido
grupos muy poco inclinados a la obtención de medios de vida a través del
trabajo propio, en definitiva, les era más simple y rápido robar o depredar
cosechas y bienes que otros pueblos obtuvieron con esfuerzo y dedicación (de
allí su carácter parasitario o intervencionista sobre la propiedad de otros).
Un comportamiento similar es posible encontrar entre los monos macacos de Bali,
que abandonaron la recolección natural de frutos y se inclinaron al robo a
humanos, ya que obtienen alimentos de una manera más fácil y rápida, esta
conducta aprendida por primates surgió solo por el contacto con humanos y se ha
probado que es transmitida socialmente de generación a generación de macacos
(BBC Ciencia, 2017) [i]
Lamentablemente mientras unos pueblos se elevaron por la curva
ascendente del sedentarismo y la civilización; otras tribus y pueblos jamás
evolucionaron, y mantuvieron su salvajismo y costumbres intactas, no pudiendo
superar su estadio primitivo de nomadismo. Sumemos, las ambiciones desmedidas de tiranos, la ignorancia, el
fundamentalismo de algunas religiones imperialistas que competían por ser el
credo dominante y “verdadero”, así como la codicia ilimitada por hacerse con la
riqueza acumulada por otros pueblos. Transformaron esta posibilidad de orden,
en un terrible caos. Como veremos los nómadas que no evolucionaron hacia el
sedentarismo, allí donde fueron trataron de imponer su estilo de vida arcaico y
su tradición.
Durante la historia, los nómadas
arribaban a territorios de sociedades sedentarias arraigadas a la tierra. El
choque no tardaba en presentarse con violencia. Algunas veces los nómades o
semi-nómadas sometían a los autóctonos hasta borrarlos del mapa, y otras veces
los sedentarios expulsaban a los extraños con violencia, pues los arribistas
llevaban consigo la tendencia antisocial al saqueo o el parasitismo. Gran
Bretaña o Alemania son ejemplos históricos de estos procesos.
Mientras que los nómadas dependían
principalmente de lo que otros producían, los sedentarios no dependían de
nadie. Unos perfeccionaron sus métodos de saqueo sistemático y
otros perfeccionaron sus métodos de producción sistemática.
Fréderic Bastiat decía, “cuando
el saqueo se convierte en una forma de vida para un grupo de personas, crearán
para ellos a lo largo del tiempo, un sistema legal que lo autoriza y un código
moral que lo glorifica”. Bien podríamos aplicar esta frase
para referirnos a los nómadas, sus instituciones y las formas de organización
social, ideológica y culturales creadas por ellos. Para los nómadas los
bienes y la propiedad de los demás, son como objetos encontrados en el
desierto, es decir “sin dueño”. Las fronteras de la Patria son para ellos un
estorbo que impide perpetuar el saqueo irrestricto.
El imperialismo como fuerza expansionista, se inspira en la tradición nómada. Por
otro lado, tenemos el patriotismo
como fuerza de autodeterminación e independencia que se inspira en la tradición
sedentaria.
El imperialismo implica la destrucción de las fronteras. Es una unidad
política que sobrepasa las tribus y pueblos emparentados por naturaleza. El globalismo no es otra cosa
que un imperialismo de elites internacionalistas-nómadas desarraigadas
(apátridas).
Las fronteras nacionales (las patrias),
son obstáculos para la conquista imperial globalista.
El límite de toda conquista, es el
mundo entero. Muchos pueblos y dictadores sanguinarios intentaron el dominio
mundial siguiendo impulsos primitivos inconscientes.
Una de las primeras manifestaciones
históricas más evidentes y “actualizadas” del globalismo, vinieron a
presentarse en la época de los imperialismos europeos, principalmente el
británico. Y era de esperar, en tanto representa la idea extremista de un
imperialismo sin fronteras instaurado a escala global, como Estado Único. Fue
en la aristocracia anglosajona donde confluyeron las ideas mesiánicas junto a
las de un imperialismo global que definió el primer modelo netamente globalista
de la historia. Fue en Inglaterra donde se fundó la Sociedad Fabiana, un instituto que floreció en Londres en el año
1884, de la mano del político inglés Sydney Webb y de su esposa Beatrice Webb.
La Sociedad Fabiana se vio involucrada en la creación de la London School of
Economics en 1895. De donde saldrían los principales actores propulsores del
globalismo hasta hoy en día. Uno de los principales ideólogos fue el escritor Herbert
George Wells quien en varios de sus libros propuso explícitamente la formación
de un Nuevo Orden Mundial (La Destrucción liberadora – TheWorld Set Free. 1914)
y un Estado Mundial (La conspiración abierta – Open conspiracy. 1928). Todos
allí eran socialistas.
Los fabianos actuaron en estrecha
colaboración con dos destacados promotores de la utopía globalista, Cecil
Rhodes y Lord Milner. A los 24 años con la fuerza de una revelación religiosa,
surgía en la mente del magante Cecil Rhodes “la idea elemental” de un imperio
global de Estado Único. En su visión mesiánica -que detallo en mi libro Trump contra el globalismo”- el Imperio
británico cubriría todo el mundo, acumulando un poder tan grande que hiciera
imposible la guerra, planteaba incluso reconquistar los EEUU y poblar con
ciudadanos anglosajones hasta los últimos rincones de la tierra. Rhodes se
inspiraba de las ideas de su profesor John Ruskin, el objetivo era “construir
el Reino de los cielos aquí en la tierra”. En el testamento de su fortuna Rhodes
especificó la formación de una red discreta de becas y mecenazgos filantrópicos
a grandes personalidades, intelectuales y operadores.
Pero el globalismo WASP (anglosajón
protestante) sería neutralizado, derrotado y absorbido por otro modelo sectario
y elitista de globalismo anti-anglosajón que impulsaba la ascendente oligarquía
financiera internacional de la red de los Rothschild-Rockefeller. Curiosamente David Rockefeller, George Soros, Friedrich
von Hayek, Karl Popper, Walter Lippmann, y Klaus Schwab estudiaron en la London
School of Economics, fundada por la socialista Sociedad Fabiana para promover
el globalismo. Cada uno de ellos promovió de diversas maneras el derribo de
fronteras y el globalismo radical, ya sea cultural, económico o político. Del
mismo modo contribuyeron a erosionar y desnacionalizar el poder de las naciones
soberanas. De aquel círculo salió la idea de formar cientos de fundaciones
supranacionales, ONG y la idea de formar la ONU (Naciones Unidas).
El socialismo Fabiano (herederos de los
socialistas utópicos Charles Fourier, Saint Simon y Robert Owen) claramente es
diferente al socialismo marxista, el fabiano es un socialismo gradual, global,
corporativo y utópico. Las grandes fortunas no son incompatibles con esta clase
de socialismo. Los grandes capitales
eran vistos como medios para influir en la política, la cultura, y la educación
selectiva para cambiar la mentalidad de las personas, los valores y la
idiosincrasia popular. Para ellos los protagonistas de los cambios hacia el
socialismo y el globalismo podían ser los magantes. El monopolista David Rockefeller promotor del
globalismo radical y todas las causas progresistas (neosocialistas) basó su
tesis doctoral en el socialismo fabiano… La sede de la ONU esta edificada sobre
una propiedad de su familia. Los Rockefeller amos de la industria petrolera,
financiera, y farmacéutica patrocinaron a intelectuales de la nueva izquierda
(Escuela de Frankfurt) y a intelectuales ultra liberales del siglo XX. Para
crear una falsa oposición o disidencias controladas. En el fondo eran causas
que servían al mismo fin, la nueva izquierda debilitaría los pilares de los
Estados Nacionales y promovía un globalismo cultural y político; mientras que
los segundos promovían el globalismo económico-financiero. Los Rockefeller
organizaron también toda la agenda malthusiana de despoblación genocida (que
solo fue efectiva en Occidente). Hoy en día África y Asia están superpoblados,
mientras que Europa-América se debate ante la extinción en un crudo invierno
demográfico. Los Rockefeller también impulsaron ya en el 2010 un “simulacro”
que contemplaba escenarios de una crisis sanitaria pandémica devenida del
surgimiento de un nuevo virus, frente a la cual se catalizarían cambios
sociales profundos…
Un imperio global moderno no tiene por
qué ser como los anteriores, puede ser disimulado bajo la fachada de organismos
multilaterales, es decir instituciones formales en apariencia "imparciales"
y supranacionales, sería la manera perfecta de lograrlo a través del gradualismo,
el engaño y el disimulo. Las descarnadas confesiones de John Perkins (el
sicario económico) demuestran lo que muchos ya sospechábamos, el globalismo es
un imperialismo clandestino ([ii]).
Lo distingue solo su formalismo aparentemente neutral. Sin embargo, lo que en
su momento pudo ser utilizado como un instrumento estadounidense de dominio
disimulado (bajo administraciones anteriores), comenzó a devorarse a su propio
creador. Y esto es debido a que la oligarquía financiera mundial impulsó la
creación de estas instituciones para beneficio propio y el de los EEUU, sin embargo,
con el tiempo los ingenieros sociales globalistas vieron que incluso los
Estados Unidos debían perecer como Estado Nación Soberano, para que un gobierno
único global "neutro" pudiera ser establecido. En ese momento se
produjo en la elite estadounidense un choque entre patriotas anglosajones y
globalistas cosmopolitas. Esto se debe a la pugna de poder entre la casi
extinta elite WASP (de origen anglosajón y religión protestante) y la elite
globalista financiera-intelectual (cosmopolita-nómada) en el seno de la
potencia mundial número uno.
Los patriotas agrupan su fuerza entre algunos
militares, algunos fabricantes de armas, la Asociación Nacional del Rifle, y
algunos grupos conservadores originalistas. Los globalistas agrupan su fuerza entre sectores mucho más
poderosos, banqueros internacionales, abogados, medios de comunicación,
tecnológicas de redes sociales, agentes de inteligencia, farmacéuticas,
cabilderos, políticos de ambos partidos y directores ejecutivos de
multinacionales, muchos de ellos se reúnen en el Consejo de Relaciones
Exteriores (CFR) una poderosa organización no gubernamental privada.
La elite WASP pretendió siempre
utilizar estos organismos supranacionales como la ONU o el FMI como
instrumentos de fachada para ejercer su poder de manera indirecta y disimulada
siguiendo la máxima maquiavélica "Nunca
trates de obtener por la fuerza aquello que puedes obtener por medio del
engaño". La segunda elite
siempre pretendió que dichos organismos se convirtieran con el tiempo en
instituciones de gobernanza mundial propia, borrando las fronteras y soberanías
nacionales (inclusive la estadounidense). En pocas palabras, el enemigo estaba
“en casa”, el “Estado Profundo” globalista seguía su propia agenda de espaldas
al interés nacional de los Estados Unidos. Todas las guerras del medio oriente
pueden ser explicadas bajo esta óptica, al igual que la agenda contracultural
progresista, el empoderamiento de organismos multilaterales y las fundaciones
internacionales.
Saltando milenios, la tradición nómada
globalista cambia de nombres, escalas e instituciones, pero sigue siendo la
misma esencia. Un “emperador mundial”, un “reino universal del mesías”, un “rey
del mundo”, un imperio global, el “Comintern”, la “Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas” (URSS), una “República universal”, un “nuevo orden
mundial”, un “Estado Mundial”, un “gobierno mundial”, una “gobernanza global”,
una “confederación mundial”, “la comunidad internacional”, la “Sociedad de las
Naciones”, las “Naciones Unidas” (ONU) y muchos nombres más que describen una
idea similar de fondo: el globalismo.
Un gobierno mundial, o Estado Mundial
implicaría el monopolio del poder coercitivo a escala global, la OTAN, los
cascos blancos de la ONU y la Interpol son tan solo prefiguraciones de lo que
se pretende establecer como policía del mundo. Es por eso que organizaciones
militares como la OTAN, nacida para frenar el avance de la Unión Soviética no
desapareció cuando ésta cayó, sino que se fue ampliando hasta el día de hoy.
EEUU la ha utilizado para atacar países sin manchar demasiado su nombre. Esta
organización supranacional de corte militarista también le ha servido a Estados
Unidos para mantener a raya a Europa y la siempre peligrosa Alemania,
legitimando la presencia de sus tropas de ocupación e injerencia.
Ultraglobalistas como el banquero Jacques Attali han declarado públicamente -en
numerosos medios de prensa- que la OTAN podría convertirse en la policía global
de un gobierno mundial.
Si todos los pueblos hubiesen apostado
por el autogobierno bajo un Estado nacional dirigidos por verdaderos patriotas y
hubiesen mantenido el respeto por los demás pueblos, la paz sería hoy un hecho
y la guerra cosa del pasado.
La mayoría de los organismos
globalistas tienen su sede en Estados Unidos, de allí a que muchos vieran a
éstos como extensiones de su influencia neoimperial o de poder blando (soft
power).
El mismo Trump representante de la
elite patriótica contraria al globalismo, denunció que EEUU había sido por
mucho tiempo el epicentro y gran promotor del globalismo radical. A ello opuso
la doctrina del patriotismo.
El expansionismo lleva al imperialismo y éste a la concentración del
poder a la mayor escala posible: la mundial. La sed de dominio, el activismo por el derribo de fronteras y la
abolición de la pequeña propiedad señalan una realidad evidente. El globalismo no es otra cosa que un neoimperialismo
de cuño socialista, dirigido por una elite global de tradición nómada
cosmopolita, contra los pueblos libres patriotas de tradición sedentaria.
Del mismo modo es posible trazar una
línea que une ciertas tendencias: nomadismo-expansionismo-imperialismo-internacionalismo-socialismo-globalismo.
En común emerge el desprecio por las
fronteras, la propiedad privada de otros y el odio al proyecto de vida soberano
de los diferentes individuos y pueblos.
La soberanía nacional y la
libertad individual, son los grandes obstáculos y barreras para
concretar los sueños distópicos del globalismo. No es casualidad que estos
principios estén bajo ataque al mismo tiempo que las distintas variantes del
neo-socialismo son culturalmente hegemónicas. El socialismo es un brazo del
globalismo.
Bajo el globalismo subyace la antropología, la psicología y los bajos
instintos del primitivo hombre nómada que desprecia las fronteras, la vida y la propiedad de otros.
Ese es el origen y motor subterráneo del
globalismo. Es una fuerza histórica regresiva que tiende a destruir
constantemente los logros y pilares de la Civilización.
El globalismo emerge de la tradición nómada, en tanto la misma se expresa en el desarraigo y
el modo de vida sin fronteras, itinerante y cosmopolita. El globalismo pretende
destruir las fronteras para así poder ejercer una soberanía planetaria de tipo
política, económica y cultural.
De las sociedades
nómadas se derivaron prácticas, cosmovisiones e Instituciones no aferradas al
suelo, caracterizadas por el desarraigo, el saqueo y la APROPIACIÓN ASIMETRICA.
Para los pueblos
de tradición nómada, el valor por la tierra era prácticamente nulo, su valor
era reducido a algo accidental, una mera conveniencia material, “un recurso” al
cual depredar y explotar. La tierra que se deseaba ocupar era un producto de la
elección movida por el egoísmo, el interés circunstancial y la codicia
desmesurada. Para esta
tradición errante, era rara la lealtad a alguna Patria y a los pueblos nativos.
Las fronteras no fueron jamás respetadas por ellos ya que jamás fueron
valoradas. Para el globalista el mundo es la "patria" y los recursos
meros objetos a saquear y depredar.
Históricamente las ideas proto-globalistas se encuentran expresadas
sutilmente bajo ropajes de ideas imperialistas y mesiánicas, presentes
mayoritariamente en la tradición nómada. Las mismas pueden rastrearse desde tiempos inmemoriales hasta nuestros
días. Se evidencian en lugares tan disímiles como la cultura mongol -que ya
analizaremos- o en la antigua mitología abrahámica, en creencias de algunas
sectas como los zelotes de la época
de Jesús, que clamaban por que se creara un Estado mundial omnipotente, un “reino del Mesías” que impusiera su
poder (Huerta de Soto, 2017).[iii]
Las peores formas de imperialismo y mesianismo
parecen nacer y desarrollarse en tribus nómadas altamente hostiles contra todos
los demás grupos humanos, Gengis Kan
con su antigua tribu mongol es un caso paradigmático. Una mitología de
predestinación y designio mesiánico acompañó su nacimiento. Culminando con su
papel de “Emperador Universal”, o “Emperador
de Emperadores”, “rey de reyes”, “hijo del Cielo”, conquistaría así el mundo barriendo las fronteras, ejerciendo una
tiranía brutal y un despotismo absoluto, aplastando toda oposición.
El mesianismo también está presente en
el Marxismo. Éste conceptualizaba al sujeto revolucionario (el proletariado),
como la fuerza mesiánica que traería el “paraíso sobre la tierra” (el
comunismo). El sacerdote y profeta supremo era Karl Marx y la biblia sus libros “el manifiesto comunista” y “El Capital”.
El fundamentalismo sectario de izquierda provocó el exterminio de más de 100
millones de seres humanos inocentes, en nombre de la igualdad y el socialismo. Estos
crímenes genocidas no forman parte de “la memoria” de los degradados hombres
postmodernos. No hay llamados a la toma de consciencia, ni películas, novelas,
ni series populares, tampoco museos, estatuas, ni se enseña en colegios. Sus
textos y símbolos no son etiquetados ni cancelados como “discursos de odio”. El
socialismo internacionalista -inspirado en la tradición nómada- tiene vía libre
en las democracias modernas.
LA PRIMERA BATALLA CULTURAL DE LA HISTORIA
Podríamos describir a Gengis Kan como el primer Emperador activista por
el derribo de fronteras. Defendiendo la tradición nómada de
manera consciente (al igual que muchos banqueros globalistas hoy) consideraba la vida nómade de los mongoles
como la más perfecta forma de sociedad, por ello su principal objetivo de
sus luchas y conquistas, no era otro que el de poner fin a todas las ciudades y civilizaciones sedentarias existentes
para instaurar su propia forma de vida nómada y valores.
Fue la primera batalla cultural de la
historia humana y se dio entre el viejo antagonismo entre nómadas vs sedentarios, el mismo que evolucionó al antagonismo
contemporáneo entre globalistas vs
patriotas (respectivamente los destructores de fronteras y los amantes de la
tierra).
Los nómadas fueron los primeros en
utilizar la guerra psicológica del terror. El uso del caballo les resultó en
una ventaja táctica. El nomadismo mongol provocó uno de los primeros grandes
genocidios (90% de la población persa). El
imperio “globalista” de Gengis Kan avanzaría en el siglo XII contra China,
el mundo árabe y Europa Occidental, venciendo la alianza entre cumanos, alanos,
búlgaros y jázaros. Más adelante, éstos últimos se inspirarían en la tradición
nómada de Gengis Kan para desarrollar su propio imperio turco-mongol y de ella
emergería una famosa dinastía internacional de banqueros que financiarían
profusamente los movimientos socialistas.
Genéricamente el expansionismo imperialista nómada, lleva anidado en su interior el extremismo, la guerra y la intolerancia, que se originan en el deseo de imponer a todos los humanos, pueblos y razas diferentes, una sola creencia específica, una sola ideología o un solo régimen político, una moneda, un gobierno, emperador, mesías o un dios, pisoteando la diversidad entre naciones sedentarias, credos y culturas aisladas nativas. El fomento de la inmigración masiva, ilegal, generando crisis económicas, o guerras, provoca desplazamientos que, de no ser frenados y revertidos, tienden a desdibujar la identidad de las naciones.
EL NACIMIENTO DE LA CIVILIZACIÓN
¿Cómo la revolución neolítica generó un
salto cualitativo en el orden social humano? La evolución histórica provocada
por el descubrimiento de la agricultura (en el neolítico), impulsó naturalmente
a la mayoría de las antiguas tribus y pueblos nómadas a asentarse en un
territorio para cultivarlo, formando comunidades más amplias asentadas en un
mismo territorio de manera estable, surgiendo primero pequeñas aldeas y luego
ciudades protegidas. De esta manera se
desarrollaron formas más complejas y maduras de organización social, dando inicio a la tradición sedentaria.
De ella emerge con mayor fuerza el poder religioso y el poder político, como
formas de orden social capaces de brindar seguridad y respuesta a interrogantes
profundos de la existencia (mitos-religión), y como formas a través de las
cuales era posible disminuir las agresiones internas entre individuos
resolviendo desacuerdos. La unidad política de la aldea y luego la ciudad,
permitía a su vez blindar al grupo con murallas para evitar ataques externos.
Nacían así los primeros espacios de soberanía y autodeterminación unidas a la
tierra.
Cubiertas en mayor medida las
necesidades básicas, nacieron nuevas necesidades, nuevas actividades y
especialidades. Más productos y más personas producen un mayor intercambio:
surge así el mercado. El mercado nace de
la tradición sedentaria. Una creciente cantidad de hombres que antes se
dedicaban a la guerra, comenzaron a trabajar la tierra, producir y comerciar,
disminuyendo de esta manera la violencia. La complejidad de los intercambios
dio lugar a una convención social innovadora: el uso del dinero y el abandono
del trueque. El paso de sociedades nómadas a sedentarias no fue instantáneo, ni
de la noche para la mañana.
Por su lado los seminómadas dejaron su
legado entre la barbarie y la civilización. La mayoría de los Imperios europeos
fueron impulsados por pueblos seminómadas, o semisedentarios anglo–germanos
(Visigodos, Ostrogodos, Vándalos, Burgundios, Anglos, Sajones) que, aunque con
el tiempo lograron civilizarse haciéndose sedentarios, oscilaron hacia esa
tendencia brutal a la conquista, la invasión expansionista, el pillaje, el
botín y la piratería. En el pasado los germanos conformaron tribus
semi–nómades, y lograron en gran parte evolucionar a formas más sedentarias en
los últimos siglos, manifestando a veces tendencias regresivas latentes. El
Sacro Imperio Romano Germánico (vándalos, anglos, sajones), el Imperio Español
y Portugués (visigodos), el Imperio Británico (anglosajones, normandos), y el
Imperio Vikingo (escandinavos).
A medida que los pueblos fueron
adoptando el sedentarismo, fueron trabajando la tierra que habitaban,
asegurándose techo y comida a través de la producción propia y el fruto de su
esfuerzo. Esto provocó una tendencia a valorar el trabajo, a erigir diversas
clases de «fronteras» y murallas, a marcar ganados, tierras, delimitar y
proteger espacios, recursos, cosechas, y bienes. Este proceso fue el origen remoto y natural de la propiedad privada y
nació como protección de las posesiones y el fruto del trabajo individual y
colectivo (familiar, tribal-sedentario). Al poder permanecer en un lugar,
los sedentarios construyeron viviendas más elaboradas, con mayor confort,
higiene y belleza, sentando las bases para el desarrollo de la arquitectura y
la ingeniería. Solo en un mundo más estable y seguro fue posible desarrollar la
filosofía y la ciencia.
Es conocido por todos que el nacimiento
disruptivo de la agricultura marcó un antes y un después en el desarrollo de
los pueblos, forjando las bases para la edificación de sociedades más avanzadas
fuertemente unidas al suelo.
Esta unidad a la tierra inspiró el
autoabastecimiento, la independencia, la autodeterminación, el proteccionismo,
la autarquía y el carácter defensivo para lograr la paz. En pocas palabras, la
prefiguración potencial del principio de no agresión.
Con el tiempo y bajo un orden natural,
los hombres de un mismo origen tendieron a forjar ciudades amuralladas o
fortificadas, que los defendían de ataques agresivos de pueblos de tradición
nómada-expansionista. Las tribus y pueblos que pasaban generaciones habitando
un suelo, generaban lazos de amor y estima por el mismo. La tierra de los
padres y ancestros donde vivieron, cultivaron y murieron, se convirtió en Patria, una tierra que era símbolo de
un pasado y un destino común. Estas formaciones son más que sociedades, son
comunidades. La palabra comunidad proviene de común-unidad. Para los pueblos de tradición
sedentaria, la tierra siempre tuvo un valor máximo.
La Patria era percibida como la tierra
de los ancestros, el legado, la herencia, el fruto del trabajo y el alimento;
para los patriotas idealistas el lugar místico donde transcurre el milagro de
la existencia, un valor trascendente, una unidad de destino en libertad, un
lienzo compartido donde se teje una historia común con la familia ampliada
(tribu–nación).
Los pueblos de tradición sedentaria
forjaron las primeras Ciudades–Estado (Ur, Atenas, Esparta, Venecia, Milán,
Florencia). Existieron diversas formas de organización político-social sedentarias
en distintas ciudades; por ejemplo Atenas y Esparta con modelos diferentes, las
mismas suscitaron reflexiones en los primeros filósofos como Platón y
Aristóteles sobre cuál cual podría ser la mejor manera de organizar una sociedad
sedentaria. Los desacuerdos y discrepancias provocarían luchas fratricidas.
Con los siglos finalmente surgiría en
Europa, la forma más exitosa y perfecta
de soberanía, autogobierno y armonía social: la Nación–Estado o Estado Nación.
Donde todos los individuos están unidos por una etnia más o menos homogénea, un
parentesco común, una lengua, y costumbres similares, es decir una familiaridad
que inspira lazos de hermandad ciudadana, así como genuinas acciones de
cooperación, solidaridad y sentimientos de empatía natural hacia el prójimo.
El Estado-Nación nace para establecer
la paz en medio de la violencia imperialista-expansionista. Tras varias décadas
de guerras, se estableció la Paz de
Westfalia (1648), dando lugar al primer congreso diplomático moderno y
dando inicio un orden en Europa central basado en el concepto de soberanía nacional.
La evidencia histórica revela que el Estado Nación nace para establecer
la paz entre pueblos, no para impulsar la guerra. Por otro lado, el Estado Nación fue la tierra fértil sobre la cual la
propiedad privada se constituyó legalmente y se defendió como un derecho.
Sobre el Estado Nación se produjo el segundo gran salto evolutivo material
en toda la historia humana luego de la agricultura: la industria y con ella el capitalismo productivo. Todo es fruto de la tradición sedentaria.
La consciencia de hermandad, destino
común e igualdad fraterna, así como distintivos, y emblemas patrios compartidos
que dejaban de lado diferencias de clase e incluían a todo el grupo como
banderas y estandartes, se instituyeron en símbolos de paz, unidad y
estabilidad social. Con el tiempo la soberanía de reyes absolutistas
"divinos" cedió lugar a la soberanía popular y la soberanía nacional.
El clima de igualdad ante la ley garantizada por el Estado de derecho, y el fin
de las sociedades estamentales, dio lugar a la democracia y el respeto a las
libertades individuales. La tiranía fue en gran parte neutralizada por formas
de gobierno representativas y la identidad de intereses entre gobernantes y
gobernados. La idea de patria y nación unieron a los pueblos bajo un destino
común. Los Estados nacionales democráticos fueron barriendo las viejas formas
imperialistas.
Aunque la prefiguración de la propiedad
privada precede al Estado en forma de posesiones, es con el Estado de Derecho
cuando se instituye formalmente la propiedad privada protegida y reconocida por
la ley, cuando antes era defendida solo a través de la fuerza bruta. La
revolución industrial se apoderó de Europa y luego saltó al nuevo mundo. Fue en
los Estados Unidos, nutridos de los pueblos más avanzados, creativos y
laboriosos de Europa, donde la industria, la ciencia y la tecnología
prosperaron como nunca antes en toda la historia humana. Todos estos
desarrollos beneficiaron la vida de millones y millones de personas, no solo en
Occidente, sino también en todo el mundo.
Bajo el patriotismo subyace la antropología, la psicología,
los valores y los instintos del hombre sedentario, el estandarte de la
civilización que respeta las fronteras, la vida y la propiedad de otros.
El patriotismo emerge de la tradición sedentaria, en tanto la misma se expresa en el amor y el
arraigo a una tierra, a un suelo, ejerciendo la soberanía y autodeterminación
sobre un territorio. El patriota ama su país, su gente y protege su frontera.
En definitiva, las fronteras adquieren un gran valor y estima como garantía de
soberanía nacional, independencia y libertad.
De las sociedades sedentarias se derivaron prácticas, cosmovisiones e instituciones aferradas al suelo, a la patria, caracterizadas por el arraigo, el sacrificio, el trabajo, la PRODUCCIÓN y el intercambio voluntario.
INTERNACIONALISMO SOCIALISTA - GLOBALISMO
El viejo sueño totalitario marxista de
instaurar una dictadura del proletariado por todo el mundo, hasta abarcar toda
la superficie global, tomó forma en la realidad histórica con la fundación de
la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas). La idea era borrar todas
las patrias, las naciones, las familias, las religiones hasta conformar un
Gobierno Mundial Socialista. El objetivo era cubrir el globo con la hoz y el
martillo comunista. En su propio escudo se vislumbra el simbolismo de este
imperio ideológico global. Como todo cosmopolita, los marxistas
organizaban reuniones internacionales (Primera Internacional-1864-1872;
Segunda Internacional (1889-1914); Tercera Internacional-1919; Cuarta Internacional -1938, El Foro de San Pablo-1990 y el Grupo
de Puebla 2019) el mundo entero estaría bajo la
bota de "la internacional". Un grupo de fanáticos extremistas
que iba desde socialistas a lunáticos anarquistas que consideraban a "la
Patria" como "meras parcelas" creadas por el capitalismo
para "dividir a la clase proletaria". Fue así que juntos
gritaron "Proletarios del mundo Uníos" ya lo decía Marx en el
manifiesto comunista. Bajo la promesa de la igualdad, una casta de globalistas
pedía un cheque en blanco para resetear la sociedad tradicional y transferir la
riqueza del pueblo hacia sus propias manos.
Los marxistas
querían realizar un GRAN RESETEO del orden social tradicional para poder
avanzar con su programa.
“Los comunistas no se cuidan de disimular sus
opiniones y sus proyectos. Proclaman abiertamente que sus propósitos no pueden
ser alcanzados sino por el derrumbamiento violento de todo el orden social
tradicional” (Marx, K.-1848)[iv]
El Comintern fue una organización comunista internacional (una especie de ONU comunista), fundada
en Moscú en marzo de 1919, por iniciativa de Lenin y el Partido Comunista de
Rusia (bolchevique), que agrupaba a los partidos comunistas de distintos países
, y cuyo objetivo era luchar por la supresión del sistema capitalista, el
establecimiento de la dictadura del proletariado y de la República
Internacional de los Soviets, para la realización del socialismo, como primer
paso a la sociedad comunista, como fijaba en sus primeros estatutos. Los
valores occidentales de la libertad serían sepultados bajo la sangre de la bota
comunista. Por Europa propagaron varios golpes de Estado donde ahogaban en
sangre a la oposición, millones de vidas inocentes fueron arrebatadas. La idea
de fondo era transformar cada país "independiente" en una colonia
socialista de un Estado Único mundial de los "trabajadores". Los
socialistas detestan la idea liberal-nacionalista del autogobierno, la
soberanía y la independencia nacional. Es decir, estos internacionalistas
fueron globalistas radicales. La idea de un mundo sometido al poder despótico
de un puñado de burócratas, es una idea esencialmente marxista. El fracaso y
caída de la URSS, no sepultó estas ideas cuasi-imperialistas.
En el manifiesto Comunista Karl Marx deja muy
claro que: “En las diferentes luchas
nacionales, los proletarios ponen por delante y hacen valer los intereses
comunes a todo el proletariado, sin caer
en el patriotismo”[v]
Sigue Marx: “… se acusa a los comunistas de querer abolir la patria, la nacionalidad… Los
obreros no tienen patria. No se les puede arrebatar lo que no poseen,…las
demarcaciones nacionales y los antagonismos entre los pueblos desaparecen de
día en día con el desarrollo de la burguesía, la libertad de comercio y el
mercado universal, con la uniformidad de producción industrial y las
condiciones de existencia que le corresponden. El advenimiento del proletariado les hará desaparecer más deprisa
todavía. (Marx, 1848, p.
42–43)[vi]
Los principios del
internacionalismo proletario
impregnan la estructura y toda la actividad de los partidos “revolucionarios”.
El Partido Comunista de la Unión Soviética sostuvo siempre una lucha implacable
contra los nacionalistas en el seno del movimiento obrero y se vislumbraba la
proyección globalista. Vladimir Lenin decía: “Quien quiere servir al proletariado debe unir a los obreros de todas
las naciones y luchar constantemente contra el nacionalismo burgués, tanto el
“propio” como el ajeno. Quien defiende la consigna de cultura nacional no tiene
cabida entre los marxistas” …“Nacionalismo burgués e internacionalismo
proletario: éstas son las dos consignas antagónicas e inconciliables que
corresponden a los dos grandes bandos que dividen a las clases del mundo”.. “En
lugar de todo nacionalismo, el marxismo
propugna el internacionalismo, la
fusión de todas las naciones en esa unidad superior que se va desarrollando
en nuestra presencia con cada kilómetro de vía férrea, con cada trust
internacional y con cada unión obrera (internacional por su actividad
económica, y también por sus ideas y aspiraciones)”(Lenin, V. “Notas
críticas sobre la cuestión nacional”, en Obras, Ed. rusa)[vii]. En
ese escrito Lenin también promovía el “derecho
de las minorías” y la promoción de “Estados
multinacionales”; y agitaba al pueblo contra todos aquellos que quisieran
defender la “cultura nacional”.
El globalismo como
una idea expansionista e imperialista sin límites, intenta extender el Estado
más allá de los límites nacionales. Pretendiendo con ello violar la naturaleza
biológica y antropológica común que sustenta la cohesión y homogeneidad
comunitaria de cada nación libre. Los globalistas son los que piden
públicamente destruir la homogeneidad nacional, impulsando Estados
multinacionales o "plurinacionales" (Bolivia-Chile) y/o
multiculturales (EEUU).
Descubrí varios puntos
en común entre la ideología marxista y el globalismo:
1* internacionalismo
/ anti–nacionalismo. Gobierno único global.
2* Totalitarismo
3* Democratismo
formal (apariencia de democracia)
4* Antipatriotismo
/ abolición de fronteras y países
5* Materialismo
economicista.
6* Universalismo /
anti–particularista.
7* Subversión
contra la autoridad.
8* Anti–familia
9* Concentración
de la riqueza en manos de una elite internacional.
10* Contra un
pueblo libre y armado
11* Abolición del
dinero físico, y nacional. Moneda única global.
12* Anarquismo
anti/estado soberano
13* Abolición del
trabajo asalariado, fomento del precariado.
Los neosocialistas
o neomarxistas vieron las instituciones globales creadas por los vencedores de
la Segunda Guerra Mundial, no como un lugar de encuentro y entendimiento entre
naciones en Paz, sino como una plataforma perfecta para realizar sus sueños dictatoriales.
La ONU, la OMS, la UNESCO, ACNUR, la OMC etc etc. Serían el equivalente a un
Comintern 2.0 desde donde los burócratas globales adeptos al socialismo
desplegarían su batería de ingenieros sociales para transformar, controlar y
vigilar cada aspecto de la vida de todos los habitantes del planeta bajo un
pensamiento único. Cada uno de esos organismos vendría ser un ministerio de un
Estado Mundial.
Tras marcar la
ruta radical bajo la forma de marxismo ortodoxo, se trazaron también otras
tácticas para llegar a los mismos fines. Intentaron el camino socialista por la
vía indirecta, pacífica y gradual, a través de la democracia (August Bebel y
Eduard Bernstein fundadores de la socialdemocracia), el gradualismo (Sociedad
Fabiana), el entrismo, la infiltración por el largo camino de las instituciones
(Antonio Gramsci) y la Cultura (Escuela de Frankfurt–Gramsci). A ese virulento
caos antioccidental se sumaría el ultra-liberal globalista Karl Popper con su
teoría de “sociedad abierta” abrazada por el magnate George Soros (archienemigo
de Donald Trump y abanderado de todas las causas de la nueva izquierda). Para
rematar el golpe contra el orden social tradicional se sumarían pensadores
decadentes postmodernos como Jean-Paul Sartre y Michel Foucault declarando la
guerra frontal al esencialismo, la normalidad y la naturaleza. Todos estos
pensadores, organizaciones y tácticas conformaron la izquierda que hoy domina
nuestra cultura, instituciones y partidos políticos. A tal punto hegemonizaron
el pensamiento dominante que incluso partidos de "derecha" abrazaron -sin
saberlo- estas ideas antioccidentales.
Los fanáticos
socialistas se actualizaron y extendieron sus tentáculos hasta lugares
insospechados, pero sus viejas apetencias siguieron intactas.
Un gobierno mundial (Organismos multilaterales y fundaciones); una cultura única de pensamiento único
(progresismo, UNESCO, Hollywood, Netflix, Big Media, Big Tech); un solo pueblo (buscan exterminar
naciones y razas mediante el mestizaje, la mezcla, la destrucción de las
fronteras y la promoción de la inmigración y una “sociedad global”); una religión sincrética (nuevos cultos
new age y ecumenismo interreligioso); una policía mundial (OTAN, cascos azules
de la ONU, Interpol); un Banco Central
global (BIS, FMI, BM, BID); un
tribunal de justicia mundial (CPI, Corte Penal Internacional), un mercado único manipulado sin
fronteras, dirigido por una autoridad política centralizada (Organización
Mundial del Comercio -OMC), solo hay que ver como los globalistas impulsaron la
entrada de China a este organismo multilateral.
Hay socialistas
multimillonarios como el fundador y presidente del Foro Económico de Davos,
Klaus Schawb* que tiene en su biblioteca un busto de Lenin al cual adora. Ya no
vienen con la hoz y el martillo, simplemente quieren abolir la propiedad
privada "no tendrás nada y serás feliz" articulando la nueva sociedad
en base al sector terciario de "servicios" y desmantelando la
industria (sector secundario). Pretenden abolir las fronteras, el dinero físico,
digitalizarlo y unirlo a una identificación digital y un sistema de crédito
social como el chino, una renta universal, son todas medidas socialistas
destinadas a suprimir la libertad individual y el Estado Nación Soberano.
Unos llevan la
bandera del loby LGBT, la abortista, otros la bandera del lesbofeminismo misándrico,
otros el pin de la agenda 2030, otros las banderas del multiculturalismo y el
humanismo homogeneizante, otros el catastrofismo climático, el terrorismo sanitario
y hasta las megacorporaciones se han infiltrado de neosocialistas que desde las
mismas intentan legislar a la sociedad, sobre cupos, géneros, diversidad etc.
De manera incansable intentan desmantelar las identidades nacionales. Es decir,
los socialistas intentan dinamitar los fundamentos de la sociedad sedentaria-industrial.
El neosocialismo sigue intacto en su idea
fundamental: Establecer un gobierno mundial de burócratas internacionalistas
que buscan el poder absoluto para dominar y controlar cada aspecto de nuestras
vidas. Acaparar y concentrar la
propiedad privada exclusivamente en sus manos (a través del Estado o el
Mercado), privando a los hombres comunes de ésta, bajo un nuevo modelo de vida
por suscripción (no tendrás nada y serás felíz), donde no posees la propiedad,
sino que alquilas servicios al amo monopolista global. Bajo un Gran Hermano que todo lo espía y
controla junto al Ministerio de la Verdad, decretan que está bien, que está
mal; establecen que comer, que tomar, que vestir, que modas seguir, que
tecnología usar (y cual no), que inyectarte en tu cuerpo, a que temer, a que
odiar, admirar y defender. Lo que he llamado neosocialistas -según la teoría
sobernista-, han declarado una guerra contra las naciones libres del mundo y el
orden social tradicional.
El derribo de fronteras verticales es sustituido
por nuevas fronteras horizontales que preanuncian
el restablecimiento de sociedades estamentales. El globalista pretende forjar
una nueva sociedad de castas, donde las minorías dominan y las mayorías
occidentales son cultural y demográficamente borradas del mapa.
Un gobierno único,
una Iglesia mundial, un tribunal, una sola forma de ver el mundo. Debe ser el
escenario de una distopía futurista, que nos llevaría a una sociedad
teledirigida en medio del caos de individuos sin patria, sin Iglesia, sin
trabajos estables, sin posibilidad de competir ni expresarse, sin familias y
sin compromisos. Allí donde el 99% de la sociedad está desorganizada y carece
de elementos unitarios. Basta un 1% de personas organizadas para que esa
mayoría desarticulada sea dominada.
Al concluir el congreso global número 22 en Sao Paulo
el 29 de octubre del 2003, la Internacional Socialista exigió la
instrumentación de una “gobernanza”
mundial, un programa que parece copiado de las recomendaciones de la Comisión
para una Gobernanza Mundial, patrocinada en 1995 por las Naciones Unidas. El ex
primer ministro socialista de Portugal, Antonio
Guterres presidente de la Internacional Socialista es desde el 1 de enero de
2017, el actual secretario general de las Naciones Unidas. Más claro
imposible, la ONU ha sido cooptada por el socialismo.
El fin de la propiedad privada, por un
modelo de suscripción implica en realidad el fin de la libertad. Todo aspirante
a tirano vilipendia la propiedad privada, no porque el comunismo sea genial
para la gente, sino porque la propiedad privada es una barrera para el poder y
para el control del tirano. En ausencia de la propiedad, el poder se impone y
no existe nada que se parezca a la libertad. La propiedad privada puede ser entendida también como un espacio de
soberanía y autodeterminación personal. Sin propiedad privada, no puede
haber libertad de prensa, libertad religiosa o libertad de asociación.
Lo mismo que la propiedad en el ámbito individual, sucede con las
fronteras en el ámbito nacional. La patria que por principio es
independiente y está dotada de soberanía (si tiene una clase dirigente
patriótica), es una barrera a la tiranía de un Estado Global Único. Es una
barrera para el poder y el control que pretende imponer la elite globalista con
sus múltiples tentáculos.
Sin embargo, son tantos los brazos de
influencia internacionalista que se extienden por doquier, que llegan incluso a
municipios y condados por separado. La iniciativa del globalista
multimillonario Michael Rubens Bloomberg de influir en ellos con la agenda
2030, penetra vulnerando incluso a los mandatarios de buenas intenciones que
recién comienzan su carrera.
INTERNACIONALISMO FINANCIERO- GLOBALISMO
Cuando uno sigue la ruta del dinero y
los “beneficiarios” del globalismo,
no puede pasar desapercibido -para ningún analista serio- el hecho indiscutible
de toparnos reiteradamente con “filántropos”, “magnates” y multimillonarios
financiando movimientos políticos radicalizados, organizaciones no
gubernamentales, cambios en la currícula académica y editoriales mediáticas. Y
esto por no hablar de un intervencionismo en la cultura del entretenimiento.
Hollywood y Netflix son usinas de lavado de cerebro masivo y adoctrinamiento
globalista-progresista.
Se comete el grave error de creer que todo millonario que tiene grandes capitales es
por ello un “capitalista”, y que ningún magnate podría jamás ser
socialista, puesto que estaría saboteando sus propios intereses. La realidad
histórica demuestra que varios socialistas fueron -y son- millonarios, y
utilizaron su fortuna para impulsar una agenda política determinada. Por otro
lado, la separación ideológica absoluta entre política y economía es obsoleta. La
teoría de las puertas giratorias y los Ciclos de Medici son un hecho
incuestionable.
Los primeros socialistas utópicos
fueron millonarios, también los banqueros internacionales enemigos de las
fronteras, inyectan dinero a causas sociales progresistas que debilitan la
soberanía de las naciones y la identidad de las mismas, como formas de
dinamitar sus fundamentos y desviar la ira colectiva hacia lugares que favorezcan
a sus propios intereses. La oligarquía
financiera internacional financió la obra de Marx, la revolución rusa, e impulsó
la fundación de la Reserva Federal (el
Banco Central que emite dólares) en 1913. Unos años más tarde fueron un
conjunto de banqueros, abogados y políticos quienes fundaron en 1921 el Council on Foreign Relations (CFR) y el
Royal Institute of International Affairs
(RIIA). Estas instituciones serían instrumentos de la elite a través del cual
dirigiría y nuclearía a los más poderosos actores sociales a nivel nacional e
internacional. Estas dos organizaciones han sido descriptas como el “cerebro
del globalismo”. Tanto el CFR como la RIIA han sustituido en gran parte el
papel que cumplía anteriormente la francmasonería (cooptar poderosos para
colocarlos en su nómina de activos para alcanzar su agenda internacionalista),
adaptándose a los nuevos tiempos, y bajo los parámetros tecnocráticos. Tal es
su poder que ni si quiera es necesario el secretismo, solo con una cuidada
discreción ha sido suficiente para lograr avances al día de hoy evidentes. Para
acusarlos no es necesario apelar a especulaciones o conspiranoia, todo está a
la luz de día y a los ojos de todos, solo hay que saber buscar.
Ya en el segundo número de su
publicación Foreign Affairs (1922) planteaban de manera explícita “El verdadero problema hoy es el de estructurar un gobierno mundial (p.
97–98)” [viii] Los miembros de estas
instituciones están presentes en todos los órganos de gobierno y grandes
corporaciones, burlando la democracia, el bipartidismo, y la separación de
poderes. Miembros destacados del CFR como David Rockefeller, Henry Kissinger,
Zbigniew Brzezinski, Brent Scowcroft, Robert Mcnamara, Richard Holbrooke,
Joseph S. Nye, Samuel Huntington, Richard Gardner, Hans J. Morgenthau y Richard
Cooper fueron incansables lobistas del globalismo. En mi libro “Trump contra el
globalismo” ofrezco gran cantidad de citas y declaraciones.
Se debe evitar pensar que estos
millonarios son “capitalistas” de libre empresa. Pues en rigor de verdad son
financieristas o socialistas corporativos monopolistas.
La banca, la usura, y especialmente la
que se extiende internacionalmente y aspira a destruir fronteras, emerge de la
tradición nómada, cosmopolita, rapaz, parasitaria, expoliadora de una época
precapitalista.
CONCLUSION
Para finalizar he realizado una tabla
doble comparativa, que ejemplificará de manera resumida conceptos hermanados y
antagónicos, pudiendo descubrir que la familiaridad de éstos, no es arbitraria,
ni casual, sino que posee en ambos casos un origen común, una genealogía de las
cosmovisiones, instituciones y valores.
TABLA DE BELOK |
|
NÓMADAS |
SEDENTARIOS |
TRADICIÓN NÓMADA |
TRADICIÓN SEDENTARIA |
Destructores de fronteras |
Protectores de fronteras |
*Expansionismo |
*Localismo |
*Imperialismo |
*Naciones libres |
*Globalismo |
*Patriotismo |
*Internacionalismo |
*Nacionalismo |
*Progresismo (neosocialismo) |
*Conservadurismo |
*Intervencionismo belicista |
*Aislacionismo pacifista |
*Antinatalismo genocida |
*Pro natalismo |
*Unipolarismo |
*Multipolarismo |
*Socialismos |
*Capitalismo productivo |
*Financierismo |
*Industrialismo |
*Tiranía |
*Libertad |
*Enemigos Prop. privada |
*Propiedad privada |
*Apropiación asimétrica |
*creación de riqueza |
*Dependencia |
*Independencia |
*Estado Mundial |
*Estado Nación Soberano |
GLOBALISTAS |
SOBERANISTAS |
A la luz del presente análisis, emerge
de manera transversal una realidad frente a nuestros ojos, el origen del
globalismo se remonta a las primitivas sociedades nómadas. Bajo el globalismo se encuentra la antropología, la psicología, la
tradición y los bajos instintos del hombre nómada que desprecia las fronteras,
la vida y la propiedad de otros. Ese es el origen y motor subterráneo del
globalismo y sus instituciones, que llevan impregnadas aquellas tendencias a la
explotación y la violencia del hombre por el hombre.
La familiaridad entre: nomadismo-expansionismo-imperialismo-internacionalismo-socialismo-globalismo,
no hace más que confirmar su carácter destructivo.
La soberanía nacional cuyo escudo es la frontera, y la libertad individual cuyo escudo
es la propiedad privada, son los
grandes obstáculos que actúan como barreras que impiden la realización de la tiranía
globalista.
Una nueva
cosmovisión que he llamado soberanismo,
emerge como respuesta eficaz a la amenaza globalista de este milenio, uniendo concepciones
hermanadas bajo un destino común a los hijos de la sociedad sedentaria. Nos une
la lucha por la supervivencia, un estilo de vida y valores que forjaron la
civilización más avanzada de la historia de la humanidad. Los amantes de la
libertad, la patria y el orden social tradicional caminan juntos para luchar
contra el globalismo amenazante.
[i] BBC Ciencia. (1 junio 2017). La
"mafia" de macacos en Bali. Recuperado:
https://www.bbc.com/mundo/noticias-40084089
[ii] Perkins, John. (2004). Confesiones
de un gánster económico. Ediciones
Urano. Dig
(2009): https://politikadigital.files.wordpress.com/2010/09/confesiones-de-un-ganster-economico-john-perkins1.pdf
[iii] Huerta de Soto, Jesús. (2017) X Congreso de Economía Austriaca del
Instituto Juan de Mariana, conferencia titulada ‘Anarquía, Dios y el Papa
Francisco’.
[iv] Marx, K. (1848). El Manifiesto Comunista. CAP. IV Posición de los
comunistas ante los diferentes partidos de oposición. p57–58. Editorial Aguilar
[v] Marx, K. (1848). El Manifiesto Comunista. Cap II
Proletariados y Comunistas. (p. 36) Editorial Aguilar.
[vi] Marx, K. (1848). El Manifiesto Comunista. Cap. II
Proletariados y Comunistas. (p. 42–43) Editorial Aguilar.
[vii] Lenin, Vladimir. (1913) Notas críticas sobre el problema nacional.
Edit Universidad Obrera. Dig (2020) https://universidadobrerablog.files.wordpress.com/2020/03/notas-crc3adticas-sobre-el-problema-nacional-v.i.lenin_.pdf
[viii] Kerr, P. (1922). From Empire
to Commonwealth. (p. 97–98). Foreign
Affair.
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