ME DECLARO SOBERANISTA
A lo largo de la vida, la visión que se tiene del mundo, la política, la economía y la cultura, pueden cambiar y evolucionar. Es posible abrazar nuevas ideas, rechazar creencias erróneas antes defendidas e incluso desplegar o crear -en caso excepcional- una nueva concepción.
Cuando uno es adolescente, el ímpetu desbocado y ardiente por cambiarlo todo, sumado a la poca instrucción y lecturas aleatorias, pueden llevarnos a cometer errores como el de abrazar ideologías de moda o por el contrario, teorías ya caducas e inservibles por extremas o utópicas. Luego cuando uno madura, se profesionaliza, estudia según un método y se amplían las perspectivas.
Tras estudiar Economía en la Universidad (Facultad de Ciencias Económicas), Tecnicatura Superior en Publicidad, y 20 años de investigación autodidacta en Sociología, Relaciones Internacionales, Geopolítica, Psicología social, Filosofía e historia, experimenté una gran evolución en mi pensamiento, ampliando el horizonte de conocimiento y entendimiento que tenía.
Vi en el liberalismo, algunos aspectos positivos, también admiré algunos puntos interesantes en el nacionalismo y el conservadurismo. Sin embargo todas esas concepciones que alguna vez abracé en mi adolescencia y de las cuales rescaté aristas de importancia incuestionable -por ser las bases del Occidente próspero y desarrollado-, presentaban algunos aspectos desfasados en el tiempo. Sumo a esto que cada una de ellas, de manera aislada, resultan insuficientes a día de hoy, para enfrentar los desafíos de nuestro siglo. El mayor problema sin embargo era que aquellos que intentaron "revisar" y "actualizar" aquellas concepciones diciéndose herederos atomizados y fundamentalistas de las mismas, introdujeron en el Siglo XX un enfrentamiento artificial. Liberales contra nacionalistas, nacionalistas contra liberales, conservadores contra liberales, liberales contra conservadores. Cuando esta encarnizada lucha tenía lugar, la izquierda socialista se comía poco a poco todo el campo de batalla político bajo formas sutiles y nuevas banderas.
Ninguna de esas filosofías políticas, concepciones económicas y sociales del pasado, han podido detener el peligroso avance del globalismo y el neosocialismo progresista. Éstas últimas que forman la nueva izquierda globalista, lograron penetrar todos los espacios sociales de poder e influencia, haciéndose hegemónica y cooptando en su paso a las derechas ingenuas y poco formadas.
Al mismo tiempo hay nuevas tecnologías que amenazan de maneras insospechadas las libertades y la soberanía, formas que no eran previstas por los padres del liberalismo, el nacionalismo y el conservadurismo. Mientras que la izquierda se adaptó y potenció, la derecha se dividió, se fosilizó y decayó.
Fue allí que detecté una necesidad: Derrotar al globalismo con una cosmovisión nueva, actualizada y sincrética de principios y valores eternos. Una nueva fórmula para poder enfrentar los grandes desafíos de este tiempo y el que vendrá.
Una luz de esperanza y renovación irrumpió de manera sorpresiva la escena política con la llegada de Trump al poder y su victoria electoral del 2016 en los Estados Unidos. Fue en ese momento que comencé a escribir el libro "Trump contra el Globalismo" basado en una investigación que duraría varios años. Allí en la primera potencia mundial, desde donde emanaban la mayoría de las políticas globalistas se produjo una auténtica y curiosa resistencia al progresismo y al globalismo mismo. ¿era una respuesta genuina, o un nuevo intento de la elite internacional de controlar la oposición? ¿Estados Unidos se dirige hacia una guerra civil?. La elite patriótica y la elite global están en disputa. La revuelta fue genuina, en ello se basa mi libro. Sin embargo fue más una resistencia práctica, que teórica.
En estos últimos 7 años 2015-2022, algunos grandes intelectuales y valientes comunicadores a quienes admiro y valoro, comenzaron a levantar sus voces contra el progresismo hegemónico internacionalista: Agustín Laje, Nicolás Márquez, Pablo Muñoz Iturrieta, Miklos Lukacs, Jordan Peterson, Pablo Davoli, Lucas Carena, Nicolás Moras, Horacio Giusto, Coronel Pedro Baños, Dr. Benigno Blanco, Cesar Vidal, Juan Marcelo Gullo, Daniel Estulin, y Cristina Martín Jiménez. Todos desde diversas concepciones ideológicas (liberales, patriotas, nacionalistas, conservadores) pero con un mismo enemigo común (el progresismo y el globalismo).
Ante todo escenario, y a pesar de esta sana reacción, la derecha carece hasta el día hoy de una teoría general e integral, carece de una doctrina eficiente y unificada. La falta de una Unidad de Concepción impiden lograr una Unidad de Acción, impiden la sinergia eficiente necesaria hoy.
De esta manera decidí reunir bajo una nueva cosmovisión ideas que atraerán simultáneamente a los:
*Amantes de la Libertad. (Principalmente los genuinos liberales no dogmáticos)
*Defensores de la Soberanía Nacional. (Principalmente patriotas, y hasta nacionalistas moderados)
*Guardianes de la Tradición. (Principalmente genuinos conservadores, no fundamentalistas religiosos)
Unidos bajo la nueva bandera del soberanismo contra el globalismo, el progresismo, las injusticias sociales y contra los enemigos de la Civilización Occidental. Esta no es una mera unión de concepciones diferentes para que luego cada activista luche o compita entre sí bajo un mismo paraguas para golpear al enemigo común y seguir luego el propio camino. Sino como una fusión sincrética donde éstas concepciones formen un todo, limando asperezas incompatibles y rechazando aspectos funcionales al globalismo. Descubrí fundamentos y formas de armonizar y develar los puntos en común que embarcan a todos en la misma tradición y origen.
Asistimos a una tenebrosa y escalofriante concentración del poder a escala global, producto de la erosión de la Soberanía de las naciones. El globalismo político, el globalismo económico y cultural, impulsado por una oligarquía internacionalista, representa una amenaza existencial contra los pueblos libres. Esa elite financiera, de intelectuales y burócratas socialistas, día y noche sabotean las primeras líneas de defensa que poseemos:
Las FRONTERAS y la PROPIEDAD PRIVADA.
Blindarlas es nuestra prioridad.
Soberanismo es autogobierno, autodeterminación. Los ingenieros sociales de los grandes centros de poder global, intentan planificar y digitar cada aspecto de nuestras vidas, destruyendo nuestros valores e intentando saquear la riqueza a las fuerzas productivas nacionales. Son la capa dominante del planeta que se esfuerza por quitarnos nuestra amada libertad.
La libertad individual es protegida por la propiedad privada, mientras que la libertad de la nación es protegida por las fronteras seguras, por la idea de Patria y Estado soberano. A su vez, la propiedad privada es protegida por el Estado de Derecho. Rechazamos el intervencionismo globalista en asuntos internos de cada país, en materia económica, política y cultural. Para ello es necesario defender las fronteras y la propiedad privada garantes de la SOBERANÍA.
ALGUNOS DE LOS PRINCIPIOS GUIA DEL SOBERANISMO SON:
*La Patria primero.
*Principio de no agresión.
*Principio de soberanía nacional.
*Libertad individual, pro-vida y pro familia.
*Defensa de la propiedad privada.
*Capital nacional primero.
*Trabajo nacional primero.
Esto es el SOBERANISMO, no hay fracasos históricos sobre nuestras espaldas, ni genocidios ni nada por lo cual puedan acusarnos o culparnos, pues esto está naciendo ahora mismo. Solo tenemos por delante la posibilidad de salvar todo aquello que amamos, nuestros valores, familia y estilo de vida. Solo tenemos por delante la posibilidad de traer orden y belleza a este caos que el globalismo ha creado. La unión hace la fuerza, y la verdad trae la luz, y como portadores de la llama de la libertad, éstas prevalecerán. Aquellos que en su oscuridad intentan socavar nuestra soberanía y los pilares de nuestra civilización, caerán como han caído siempre que lo han intentado.
La victoria final dependerá de cada uno de nosotros, cada futuro activista puede marcar la diferencia hacia la victoria difundiendo esta nueva concepción, frente al poder totalitario material de la que dispone nuestros adversarios.
Para evitar todo tipo de confusión, calumnias, injurias y difamación, dejo claro que:
La difamación, el engaño, la desinformación y la manipulación siempre han sido la táctica del globalismo. No hay que permitir la distorsión. La verdad siempre sale a luz y lo cierto es que oficialmente rechazamos el extremismo y la violencia. Queda clara nuestra posición.
El Soberanismo es algo NUEVO.
Creemos en la batalla cultural, en el activismo político y la iniciativa patriótica por la vía privada. Con grandes capitales, inteligencia y astucia, el enemigo de los pueblos ha logrado avanzar. Buscaremos grandes capitales nacionales para lograr nuestros objetivos.
Al adoptar el patriotismo, apostamos a la unidad del pueblo. Buscamos el bien y la felicidad del mayor número. El consenso absoluto es imposible, ni Dios lo posee. Creemos que la genuina representación democrática solo es posible entre patriotas soberanistas. La partidocracia y las ideologías reinantes son entreguistas, no luchan por el pueblo sino por los intereses de las elites globales.
Las minorías deben adecuarse a las mayorías, no las mayorías subordinarse a los caprichos de las minorías.
El enemigo estratégico son las elites globalistas que han declarado una guerra hibrida contra los pueblos libres.
La lucha general estratégica se dirige contra:
*EL GLOBALISMO POLÍTICO.
*EL GLOBALISMO ECONÓMICO.
*EL GLOBALISMO CULTURAL.
La lucha particular y táctica se dirige contra: El socialismo marxista y el neosocialismo.
Luchamos contra instituciones e ideologías globalistas y extremistas, no contra personas, etnias, razas, clases o sexos.
Buscamos lograr las 5 soberanías:
SOBERANÍA INDIVIDUAL. (Libertad individual)
SOBERANÍA POLÍTICA. (Soberanía nacional)
SOBERANÍA ECONÓMICA. (Independencia económica)
SOBERANÍA CULTURAL. (Batalla cultural, defensa de la Tradición)
SOBERANÍA ESPIRITUAL. (Libertad interior, unidad a lo trascendente)
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