STEVE BANNON, EL ESTRATEGA EN LA SOMBRA
STEVE BANNON, EL ESTRATEGA EN LA SOMBRA
Por Theo Belok
Steve Bannon
fue el jefe de campaña de Donald Trump en el 2016. Luego de ganadas las
elecciones presidenciales fue nombrado Estratega en Jefe de la Casa Blanca, uno
de los puestos más altos.
Bannon proviene de una familia católica de origen irlandés, de clase media trabajadora. Fue un autodidacta voraz, se embarcó por diez años en lo que describió como “un estudio sistemático de las religiones del mundo”. Fue militar en la Marina, llegando a ser teniente de navío. Steve tenía como objetivo llegar a las altas esferas del Pentágono, pero más tarde desistió considerando que el camino a la cima sería demasiado largo y burocrático. Estudió en la Escuela de Negocios de Harvard, es publicista y tiene una maestría en Relaciones Internacionales en la Universidad de Georgetown en Washington. Comenzó su vida laboral como empleado en el controvertido banco Goldman Sachs, trabajando allí solo cuatro años entre 1984-1990. De allí saldría para formar su propia compañía de inversiones. También incursionaría luego en una carrera cinematográfica en Hollywood.
Él vio decadencia en organizaciones gubernamentales globalistas como la ONU, la Unión Europea y líderes políticos como la socialdemócrata Angela Merkel, cuya misión es lograr que los países renuncien a su soberanía. Se opuso a los burócratas distantes empeñados en borrar las fronteras nacionales. Vio decadencia en la Iglesia Católica Romana con la elección del Papa Francisco “un jesuita de teología liberal” y “globalista pro-inmigración”. El reemplazo del Papa Benedicto XVI lo alarmó tanto que en 2013 estableció Breitbart Roma y fue al Vaticano a reunirse con el cardenal Raymond Burke sumando esfuerzos para apuntalar a tradicionalistas católicos discriminados por el nuevo Papa progresista.
En su trayectoria pudo ver a la elite de cerca, y buscó generar un cambio inclinándose al periodismo conservador y nacionalista desde Breitbart News. El mismo dijo:
“La razón por la que soy populista, es porque he ido a las instituciones de la élite. . . Y esto es lo que puedo decirte. Si me dieras la opción de ser gobernado por las primeras cien personas que aparecen en gorros rojos en un mitin de Trump frente a los primeros cien tipos que entran en Davos (donde el Foro Económico Mundial se reúne anualmente), me gustaría tomar a la gente de clase trabajadora, porque tienen más humanidad, entienden el mundo, tienen determinación, y han tenido que lidiar con todos los basureros del mundo.”(American Dharma, Errol Morris)
Bannon es un crítico de la cultura dominante que considera está basada en el sentimentalismo, la misma no se basa ni en la razón ni en los valores. Considera que debido a un falso sentimiento de culpa se permite la entrada de millones de refugiados o ilegales del tercer mundo, aunque ello conduzca al suicidio de la civilización Occidental.
En su batalla
cultural sorprendido con la personalidad de Trump dijo: "Ha tomado este
movimiento nacionalista y lo ha adelantado 20 años"; “Si Francia,
Alemania, Inglaterra o cualquiera de estos lugares tuvieran el equivalente a un
Donald Trump, estarían en el poder" (Vanity Fair, 2017)
Se mostró como un admirador de líderes nacionalistas europeos diciendo "Orban es uno de mis héroes europeos, como lo son Salvini, Marine Le Pen, Marion Maréchal [su sobrina] y Nigel Farage" (éste último fue el impulsor del Brexit), "se oponen al sistema, ya sea desde el punto de vista populista o soberanista, rechazan el establishment y defienden a su país y sus ciudadanos" (El diario )
Una vez
dentro de la Casa Blanca, Bannon no solo debió enfrentar adversarios políticos de
afuera, sino también con los que estaban dentro de la misma administración. Sus
espaldas estaban en peligro. Solo duró medio año en su cargo. Se enfrentó a la
camarilla de "demócratas globalistas” de ala oeste de la Casa Blanca: Ivanka Trump, Jared Kushner y el ex presidente de Goldman Sachs Gary Cohn, así como los
"halcones", compuestos por HR McMaster y su adjunta, Dina
Powell. Efectivamente los Kushner y Cohn antes de sumarse a la
administración Trump, eran afiliados registrados al partido demócrata. Bannon
representaba el ala nacionalista de la Casa Blanca y no tenía aliados dentro,
estaba absolutamente solo. El enfrentamiento entre ellos era real y asimétrico,
fueron reportadas varias peleas por parte de testigos. El general Michael Flynn
su potencial aliado, fue barrido por el huracán mediático del Rusiagate a la semana
de haber sido nombrado Consejero de Seguridad Nacional.
A ello se le suma el mal carácter de Bannon, su aspecto desalineado e informal que recibiría el apodo por parte de Trump “Sloppy Steve” (descuidado Steve); también insultó a Ivanka (la hija del presidente) y alardeaba de su posición. Esto último fue explotado por la revista Time para destruir la relación con Trump, tocándole el Ego al Presidente). Particularmente enfureció a Donald una portada de dicha revista de febrero de 2017 donde figura Bannon con la frase “El gran manipulador”. Presentar a Bannon en una portada como el personaje más importante de la Casa Blanca, incluso sobre el presidente opacaba la imagen, los logros y la autonomía de la que Trump hacia chapa.
Luego que Bannon dejara la Casa Blanca, Trump respondió ante la prensa diciendo “Steve Bannon no tiene nada que ver conmigo o con mi presidencia. Cuando fue despedido, no solo perdió su trabajo, perdió la cabeza”. “Steve trabajó para mí”, añadió, se sumó a la campaña “después de que ya hubiera ganado la nominación al derrotar a otros diecisiete candidatos, a menudo descrito como el grupo más talentoso que haya reunido en el partido republicano”. (La Razon) A pesar de este aparente enfrentamiento, Bannon continuó respaldando a Trump por fuera, y éste diría en el 2019 a través del The New York Times que lo seguía atentamente en los últimos meses en sus entrevistas, y que “no hay nadie que se exprese mejor que él”; y al final de su mandato lo ayudaría con un indulto presidencial.
LAS FALSAS ACUSACIONES
Al igual que a Trump, la prensa progresista intentó destruir la imagen de Bannon. Se lo acusaba de promover el “supremacismo blanco”, fue retratado como un hombre malvado que susurraba ideas horrendas a los oídos de Trump. Tales acusaciones son falsas, y vienen por una “culpa por asociación” y no porque haya promovido esas ideas. No hay registros de frases racistas, ni supremacistas, ni neonazis de Steve Bannon, y si hay frases condenando esas ideologías.
La confusión se origina en julio del 2016 cuando él mismo declara que el sitio de noticias Breitbart News, sería la nueva plataforma para el movimiento “alt right”. Esta asociación con la derecha alternativa es la que abonó la polémica y el mal entendido, ya que la “alt Right” en EEUU agrupaba un gran abanico de ideologías de derecha, entre ellos había nacionalistas blancos, y neonazis entre muchos otros, como neo-reaccionarios, libertarios, milicias patrióticas, conservadores naturales, arqueofuturistas y paleolibertarios. Fue un movimiento muy heterogéneo, sin un líder supremo, ni manifiesto, ni una ideología única, su común denominador era oponerse a la izquierda progresista y globalista, rechazando a su vez a la derecha neocon. Pero para la prensa era todo lo mismo y considera "fascista" todo aquello que se opone a su ideología postmoderna y progresista.
En los hechos Bannon propondría de manera consciente o inconsciente una derecha alternativa moderada, tangencial, amoldada al gran público aunque tocando temas incómodos para el progresismo. Es decir, Breitbart se mostraba menos frontal y menos radical que la derecha alternativa expuesta por Richard Spencer -un nacionalista blanco declarado-, que fue quien bautizó el término y quién diría al Financial Times: “No creo que Bannon sea de la derecha alternativa tal como yo la definiría”; “creo que Bannon es de "derecha suave" o “alt-lite”. "Nunca he visto a nadie en el sitio sacar a relucir el nacionalismo blanco; Breitbart aún es más parecido a un nacionalismo cívico general”
Bannon aunque considera pares a los ultraderechistas europeos, suele dejar en claro que su nacionalismo no es étnico sino económico, y que a diferencia de los movimientos europeos que aun confían en la salvación por medio del Estado, los populistas de derecha americana aspiran a un gobierno limitado, y un respeto por un originalismo constitucional. Se esfuerzan “por quitar los largos tentáculos del estado de las vidas de los ciudadanos trabajadores”
La prensa
masiva sin dudarlo comenzó a usar fake news y falacias del hombre de paja para
desprestigiar a Bannon, rotulándolo de supremacista blanco y antisemita. Cuando
éste jamás se había pronunciado en ese sentido y no tenía vínculos personales
con la extrema derecha. No era de modo alguno antisemita, incluso en el sitio web
de Breitbart hay un apartado especial pro-Israel.
Steve Bannon negó categóricamente ser nacionalista blanco, y afirmó en cambio que en realidad era un “nacionalista económico” empeñado en combatir las ideas progresistas predominantes sobre la inmigración, la diversidad y la economía.
EN TORNO A SU FIGURA SE MONTÓ UN CIRCO MEDIATICO
El 20 de Agosto del 2020 enfrentó cargos de conspiración por supuestamente cometer fraude y blanqueo de dinero a través de una campaña para recaudar fondos en GoFunMe llamada “We Build the Wall” (“Nosotros construimos el muro”). La iniciativa surgió en momentos donde los demócratas bloqueaban los esfuerzos de Trump por conseguir fondos para construir el muro. Logró reunir unos 25 millones de dólares. Esta iniciativa privada de un Bannon que ya no estaba en el poder, la realizó junto a tres socios, entre ellos un ex veterano de guerra que había perdido un brazo y dos piernas en combate, aparentemente todos desviaron una parte del capital reunido, para gastos personales.
Trump reaccionó al arresto diciendo: “Creo que es una cosa muy triste para el señor Bannon. Creo que es sorprendente” aprovechó además para desmarcarse de la campaña privada de financiamiento colectivo promovida por Bannon. Donald Trump dijo: “No me gustaba. Creo que se hizo para alardear”. Incluso llegó a afirmar que el proyecto estaba mal planteado desde el punto de vista técnico. "No quiero que me asocien con eso, no quería tener un muro que fuera inferior”, concluyó.
No obstante el 20 de enero del 2021 Trump utiliza el indulto presidencial para perdonar a Steve Bannon (BBC, 2021)
El 15 de noviembre de 2021, Steve se entrega ante el FBI, tenía 2 cargos por desacato por no presentarse a declarar ante el “Comité selecto” de la Cámara de Representantes (liderada por demócratas) que investiga la ocupación del capitolio el 6 de enero del 2021, y sospechaba que él sabía de antemano lo que sucedería, solicitaban que declarase con el objeto de obtener más información y que entregase unos documentos. El día anterior del asalto al Capitolio, en su podcast WarRoom había dicho: “El infierno se desatará mañana”. Bannon simplemente debía presentarse y declarar ante el comité, pero no quiso hacerlo en principio considerando que era una caza de brujas. Luego aprovechó el momento en el que se entregó para decir "vamos a tumbar el régimen de Biden" “se han metido con el tipo incorrecto”.
El caso penal contra Bannon podría tardar años en resolverse ante la Justicia. A todas luces estas persecuciones penales y mediáticas, parecen ser otra de las cartas del libro de jugadas sucias del establishment norteamericano.
Por Theo Belok, autor de "Trump contra el globalismo" disponible en Amazon.
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